jueves, 4 de febrero de 2010

Volando Hacia Dios. Heavenletter #3331

Volando Hacia Dios.
Heavenletter #3331
Dios Dijo:

La luna existe. El sol existe. Yo EXISTO. Tú EXISTES.


Las pestes de uno u otro tipo parecen ir y venir, pero la luna existe, el sol existe, y Tú y Yo existimos. ¿Qué te hace dar manotazos, amado?

Las olas del océano pueden ser bravas, pero el océano que subyace es calmo. Las olas son olas. El océano es océano, la superficie es la superficie, y las profundidades son profundas.

El Océano del Amor te mantiene a flote. No hay nada por lo que debas asustarte. ¿Debes conservar tus miedos? ¿Debes aferrarte a ellos?


¿A qué le puedes temer, amado? Los miedos no son tu vida entera. Te has aferrado al miedo en muchos aspectos. Tu lista de miedos posibles es enorme. Esa lista de miedos equivale a temerle a la vida. Le temes a la muerte, a la enfermedad, a la pérdida y a la humillación. Es la vida misma lo que temes. No quieres las vueltas de la vida, pero ¿qué otra te queda, amado? Le temes al curso de la vida en sí. Todo el tiempo, estás vivo en la Tierra, tú, un hijo de Dios, pero te ves como una especie de presa o víctima de la vida, como si la vida fuese un tormento, y tú estuvieras a merced de ese tormento. Tú que eres invulnerable te sientes vulnerable, y por ello le temes a la incertidumbre.

Quieres estar seguro de todo. Quieres tener voz en todo.

Amado, ya has tenido suficientes dificultades para tomar decisiones. ¿Realmente quieres decidir el día en que dejarás tu cuerpo? ¿Realmente quieres gobernar sobre todo lo que concierne a tu vida? Amado, gobierna sobre tus miedos. No los tengas. No tienen valor. La vida es valiosa.

Lo inevitable es que te unirás a Mí a plena consciencia. Los incidentes, el toma y daca, mientras sigues el camino hacia Mí, son secundarios comparados al arribo de tu conciencia plena. Le temes a lo temporario cuando estás completamente engalanado en la permanencia de Mi amor, de Nuestro amor. Todo aquello que te parece tan excesivamente importante se hace pesado al lado de tu Eternidad. Pero parece que tú apuestas todo tu dinero a lo temporal. La Eternidad no puede ser cambiada, pero le ofreces tu lealtad a esa temporalidad que ves que te decepciona. Los pasos de tu vida, incluyendo los perjudiciales, te hacen avanzar lentamente o incluso escalar. Eres un cohete despegando, y la vida, tal como se te presenta, le da el combustible a tu vuelo.

Piensa que la Tierra es una estación espacial, amado, o incluso una parada de colectivo. No te quedas allí por mucho tiempo. En una medición inexacta de tiempo, quizás te quedas por media hora o por un par de minutos. Tienes que tomar un colectivo o una nave espacial, y pronto estarás en camino. No dejes que una parada en el camino que no es de tu agrado absorba tu atención. No le permitas que te contenga de elevarte hasta una nueva altura. Ahora te estás elevando. ¡El darte golpes te hace elevar!

Ahora estás partiendo hacia el Cielo. Estás en camino. Visita los lugares de interés a lo largo del camino. Son solamente lugares. Son lugares de pasada. Tienes un objetivo grandioso en mente, y nada puede detenerte. Se ha fijado tu curso.

Pasarás por vecindarios buenos y vecindarios pobres. Verás todo tipo de cosas. Verás contratiempos y verás la belleza. Y, todo el tiempo, estarás viajando hacia Mí. Estás viajando hacia Mí.

Traducido por: Cecilia R

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