martes, 24 de agosto de 2010

Sobre las Leyes Universales/ Arcángel Uriel - Jennifer Hoffman

Sobre las Leyes Universales
Por Jennifer Hoffman

(Este artículo es parte de una serie del libro del Arcángel Uriel “Cambiando Nuestra Conciencia – El Proceso de Sanación y Transformación”)


Mucho se ha escrito sobre dos leyes Universales, la de Atracción y Abundancia. Muchas personas creen que si ellos dominan esas dos leyes crearán la realidad de sus sueños. Pero los resultados no siempre son lo que esperaban o simplemente no suceden. Y entonces están decepcionados y piensan que las leyes no funcionan o que están haciendo algo equivocado. Para trabajar con la ley Universal debemos entender y trabajar con todas las leyes y existen al menos doce. Estos son principios que gobiernan la energía que somos y de la que somos parte. No podemos evitar, sortear o ignorar estas leyes. Están constantemente presentes y estamos trabajando con ellas, consciente o inconscientemente, cada día de nuestras vidas. Cuando aprendemos, entendemos y conscientemente nos identificamos con ellas, podemos crear la alegría, la paz y la abundancia que deseamos.

La ley más importante es la Ley de la Unicidad Divina. Si la humanidad pudiera entender y aplicar esta ley habría paz en la tierra porque aceptaríamos que todos somos uno, que todos estamos conectados a la Fuente, que cada uno tenemos acceso al mismo poder y que todos somos poderosos. Y nuestra energía afecta a todos los demás así que todo lo que decimos, pensamos, hacemos y creemos tiene un efecto en todos los demás. No existen acciones, pensamientos o palabras insignificantes.

Las leyes de la Abundancia y la Atracción son bien conocidas para nosotros. Con la ley de la Abundancia sabemos que hay abundancia en todas las cosas. De hecho, tenemos abundancia en todas las cosas todo el tiempo, aunque podamos no tener abundancia en lo que queremos. La ley de la Atracción afirma que atraemos todo lo que entra a nuestras vidas, basándose en nuestra energía. Así nuestra realidad es simplemente un reflejo de nuestra energía, la cual incluye a las personas y situaciones a las que nos conectamos. Ambas leyes trabajan con la ley de la Vibración, todo vibra a su nivel único y solamente podemos atraer y tener abundancia en cosas que vibren a nuestro nivel. Debemos elevar nuestro nivel de vibración para cambiar lo que atraemos. Sabemos en dónde está nuestra vibración valorando lo que está sucediendo dentro de nuestra vida y a quién y qué estamos atrayendo.

Incluso si estamos estableciendo nuestra intención para lo que queramos, el Universo nos responde y debemos tener la voluntad para actuar sobre nuestra intención. Esta es la Ley de la Acción. Sin poner la acción necesaria hacia nuestros deseos, nada sucederá. Entonces debemos establecer nuestra intención para un gran trabajo pero a menos que nos comprometamos en las acciones correctas, como enviar nuestro currículo o contactar personas que puedan ayudarnos, quizá no obtengamos resultados.

¿Cómo son recompensados nuestros esfuerzos? La Ley de la Compensación afirma que recibimos basado en lo que damos y nuestra recompensa puede ser multiplicada. Entonces si tenemos la voluntad de poner nuestros esfuerzos hacia nuestras intenciones, seremos recompensados en muchas formas. Esto también aplica a las acciones que tomamos hacia los demás. Cada amabilidad que extendemos es recompensada, como lo es cada enojo o miedo. A veces estas recompensas son monetarias, otras veces podemos ser recompensados a través de los esfuerzos de los demás. Es por esto que es importante para nunca pedir dinero porque somos compensados en formas que nos bendicen de acuerdo a nuestras necesidades.

¿Qué pasaría si estamos haciendo todo lo que podemos y nada está sucediendo? A veces esta es una lección en paciencia pero también debemos considerar la Ley de la Causa y Efecto, la cual afirma que para cada causa hay un efecto, para cada acción hay una reacción. Es por esto que nuestra contribución energética, es la forma de nuestros pensamientos, palabras, creencias y acciones, es tan importante. Si estamos trabajando en la manifestación y todo lo que estamos haciendo no está en alineación con lo que deseamos crear, el efecto reflejará lo que estemos haciendo, no lo que queramos.

Siempre podemos saber exactamente en dónde estamos en nuestro viaje espiritual mirando nuestra realidad, esta es la Ley de la Correspondencia. Todo en nuestro mundo externo es un reflejo de nuestro mundo interno. Si tenemos alegría, paz y abundancia, entonces estamos equilibrados, espiritual y mentalmente. Si no lo estamos, en donde sea que tengamos carencia nos muestra en dónde estamos fuera de equilibrio dentro de nosotros. Cuando tengamos la voluntad de hacer el trabajo interno nuestra realidad reflejará los resultados hacia nosotros. “Como es adentro, es afuera”.

Cada uno de nosotros está en su propio viaje espiritual y el camino que hayamos elegido es reflejado en nuestras lecciones. No podemos comparar nuestras lecciones con aquellas de los demás porque nuestras lecciones son relativas a nuestro crecimiento espiritual. Y no podemos juzgar las lecciones de cualquiera o cómo las están realizando porque no podemos saber lo que han venido a aprender. La Ley de la Relatividad establece que todo en nuestra experiencia de vida solamente es relativo a cada uno de nosotros. Cuando entendemos esta ley, podemos estar menos inclinados a juzgar a los demás como menos o mejores que nosotros, tener más o menos o ser mejores o peores. Todo es relativo a al viaje de cada persona y a lo que han venido a hacer y a aprender en esta vida.

Cuando hemos logrado un cierto nivel de crecimiento y entendimiento espiritual elevamos nuestras vibraciones energéticas. Esa es la promesa que el Universo nos hace, la iluminación siempre está disponible para nosotros. Esta es la Ley de la Transmutación Perpetua de la Energía, vivimos en un universo dinámico en donde todo está constantemente sujeto al cambio y cuando elevamos nuestra vibración ponemos esa energía disponible a todos los demás.

¿Sus experiencias de vida siguen un cierto patrón? ¿Notan que cada tres, cinco o siete años experimentan algunas de las mismas lecciones? Esa es la Ley del Ritmo. Así como hay estaciones, día y noche, clima cálido y frío, también hay ritmos en nuestra vida. Nuestras lecciones siguen ciclos de aprendizaje y crecimiento y cuando estamos listos para nuevas lecciones accionamos ciertas situaciones. Estar conscientes de estos ritmos o patrones puede ayudarnos a prepararnos para lecciones y estar conscientes de cuándo están ocurriendo.

Las últimas dos leyes generales que, como la Ley de la Unicidad Divina, son importantes en cada nivel, la Ley de la Polaridad establece que todo tiene su opuesto, así que hay luz y oscuridad, positivo y negativo, espiritual y material. Nosotros elegimos en qué nos enfocamos y eso reflejará lo que esté sucediendo en nuestra realidad. Cuando suficiente de la humanidad elija enfocarse en la luz, será la energía prevaleciente en el planeta. Si estamos demasiado enfocados en lo material, tampoco podemos estar igualmente enfocados en lo espiritual. Encontrar ese lugar neutral, en donde todo está en equilibrio es uno de los objetivos de nuestra participación en el Cambio.

La Ley del Género está reflejada en cada parte del mundo, pues todo tiene un aspecto masculino y uno femenino. Nosotros cargamos energía masculina y femenina y no podemos considerar que una sea más importante que la otra. Estamos aquí para llevar al equilibrio lo masculino y lo femenino para que honremos ambos aspectos. Cuando hayamos equilibrado estas energías dentro de nosotros, las habremos equilibrado para toda la humanidad y entonces podremos honrar lo masculino y femenino y crear armonía para todos.

Las leyes Universal son completamente neutrales e imparciales. Ellas existen con o sin nuestra conciencia de ellas y nosotros trabajamos con ellas, consciente o inconscientemente, cada momento de nuestras vidas. Cuando las conocemos y las entendemos podemos usarlas para apoyar nuestros deseos e intención, para crear la vida que deseamos porque ellas existen para apoyarnos y sostenernos, para ayudarnos a crear el cielo en la tierra en nuestra propia vida y para el planeta.

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