martes, 27 de julio de 2010

Acepto con gratitud cada bendición de la gracia de Dios

Acepto con gratitud
cada bendición de la gracia de Dios



Al saber que la gracia de Dios me apoya todo el tiempo, estoy alerta a las oportunidades que enriquecen mi vida. No sólo reconozco el bien, sino que lo atraigo. Al aceptar todo lo que me bendice y al bendecir a los demás, no fijo límites a mis capacidades. Tengo el valor de hacer lo que puede haber parecido imposible en el pasado.

Al actuar y hablar partiendo de la inspiración del Espíritu, hago lo mejor que puedo. Acepto la gracia de Dios y ofrezco confianza en mi trato con otros. Demuestro consideración y compasión y reconozco con agradecimiento estas mismas cualidades en los demás. Gracias a la oración, estoy inmerso en la comprensión divina.

Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, … abundéis para toda buena obra.
—2 Corintios 9:8

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