miércoles, 15 de diciembre de 2010

El origen de la adicción al sexo/ Por Babaji

El origen de la adicción al sexo
Por Babaji
1 de septiembre de 2008


Nota: este dictado fue entregado el sábado 17 de agosto de 2008 a través de Walter Javier Velásquez, durante el “Retiro de verano 2008” de la Misión Shangra-la para Suramérica. Este evento se llevó a cabo del 16 al 18 de agosto en la vereda San Joaquín, municipio del Tambo, Cauca, Colombia.

Pregunta: Babaji, ¿La tendencia a desperdiciar la energía sexual tiene que ver con algún aspecto de la psicología no resuelto?

Respuesta de Babaji: El abuso y desperdicio de la energía sexual fue uno de los primero aspectos del ego que ustedes crearon cuando estaban en el Jardín del Edén (la antigua Lemuria).

Les explicaré el origen de este aspecto: Ustedes son Uno con Dios, y cuando estaban en el Jardín del Edén, bajo la directriz del Señor Maitreya, sabían que eran Uno con Dios. Sin embargo, en algún momento hicieron algo que iba en contra de la Creación de Dios.

Tomaste una decisión aparentemente “equivocada”. No obstante, esa decisión no fue considerada por Dios como un error en sí, puesto que cuando Él les otorgó el libre albedrío, sabía que había la posibilidad de que se equivocaran.

En ese momento Dios simplemente sonrío y dijo: “Maravilloso, YO mismo -a través de mis extensiones- estoy experimentando lo que se siente ir en contra de mí, aprenderé de esto y seré Más de lo que ahora SOY”. Ese era un experimento gratificante en el sentido de que proporcionaba mucha enseñanza a la concierna de Dios que sostiene este Universo.

Ahora, antes de que ustedes “cometieran ese error” -y lo pongo entre comillas ya que para Dios no era considerado como error- habían unos seres que habían caído previamente. Estos seres son conocidos como los “ángeles caídos” y aparecen en el Génesis bajo el símbolo de “La serpiente”.

Después de que hiciste ese experimento, la serpiente se acercó presurosa y te dijo: “¡Cometiste un error gravísimo! Dios no quiere saber nada de ti. Él te ha rechazado por el error que cometiste”. Entonces ustedes, como eran unos niños inocentes (almas inmaduras), aceptaron esa mentira y se llenaron de miedo. Te sentiste abandonado por Dios.

En medio de ese sentido de abandono, tu alma o “Yo conciente”, empezó a recordar la gloria maravillosa que sentía cuando sabias que eras Uno en la Totalidad de la Conciencia de Dios. Pero cerraste las puertas a experimentar esa plenitud porque creíste la mentira que habías sido rechazado por Dios y creaste la falsa creencia de la separación. A partir de ahí nacieron todos los problemas de la humanidad.

El Ser Conciente quiso sentir de nuevo la conciencia de Unidad, pero tenia vergüenza de acercarse a Dios. Esa vergüenza hizo que las almas se vieran desnudas (según el Génesis), aunque siempre habían estado así, solo que ahora lo vieron con sentimiento de vergüenza ante un Dios que jamás juzga ni critica.

Ahora, durante la unión sexual sucede algo particular: cuando el hombre y la mujer se unen sexualmente y llegan al punto del orgasmo, los dos dejan de ser dos y se convierten en uno. Esto es un ritual alquímico maravilloso. Durante el momento que dura el orgasmo se pierde la conciencia de separación, se derrumban las barreras, y se experimenta una fracción mínima de lo que es la conciencia de la Unidad.

El alma, de manera inconciente, trataba de buscar la conciencia de unidad perdida a través del sexo. Poco a poco esto se fue convirtiendo en una adicción, de este modo el sexo compulsivo (la necesidad de estar teniendo relaciones sexuales una y otra vez) parte de la falsa creencia que dice que estás separado del Uno que es Dios.

Esta es la mentira que origina la adicción al sexo. Realmente puedes experimentar esa conciencia de Plenitud y Unidad sin necesidad de la unión sexual, simplemente porque ya eres Uno con el Todo. Si quieres sanarte del sexo compulsivo debes soltar el sentido de separación con Dios.

El sentido de separación te hace creer que no eres íntegro. Esa sensación de no estar completo te lleva a estar buscando parejas sexuales para experimentar esa unidad que crees equivocadamente que no tienes, y que sin embargo ya eres.

Una vez que experimentas la unidad te das cuenta de que no necesitas buscar técnicas mecánicas o externas para lograrla.
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