viernes, 16 de abril de 2010

“Despierta a la riqueza” de Bob Mandel (Fragmento del libro)

Fragmento del libro
“Despierta a la riqueza”
de Bob Mandel


“No es que me importara. Resultaba irónico que al final de todo mi conflicto, confusión y caos con respecto al dinero terminara tan fácilmente. Al principio, me resultó difícil aceptarlo. Todos mis pensamientos de no ser digno de nada, mi culpabilidad, mis lealtades familiares y mi necesidad de luchar para justificar mi existencia tropezaban con el desafío de las experiencias recién descubiertas, pero innegables, de lo contrario. Poco a poco, me rendí a mi destino financiero y acepté que formaba parte de mi trayectoria espiritual. Me di cuenta de que había una unidad detrás de toda diversidad, y mi previa adicción a fragmentar el universo no era más que el resultado de hallarme perdido en mis propias percepciones inocentes.

Creci hasta ser capaz de ver que el amor y el dinero, el trabajo y la diversión, la carrera y la familia manan todos ellos de una fuente unificada que tiende a sostener toda una vida. Además, empecé a creer que todos tenemos un propósito, que lo que más nos gusta hacer en la vida es nuestra razón de ser y que haríamos la mayor contribución al bienestar del prójimo si creáramos una economía sana basada en el amor y el talento, en vez de la economía esquizofrénica que hemos asumido durante demasiado tiempo.

Creo que todos pasamos por una evolución financiera y personal similar. AL principio (al habitar el vientre materno y ser niños) creemos tenerlo todo, y de hecho lo tenemos. Luego empezamos a aprender de nuestros padres, de nuestros profesores, de nuestra cultura y nuestra experiencia que algunos tienen más que otros, que la fuente se encuentra fuera de nosotros, y que no somos sino puntitos insignificantes en un universo gigantesco. Aprendemos que tenemos que abrirnos camino por nuestra cuenta, luchar en un lago de tiburones, sacrificar lo que deseamos en aras de lo que necesitamos y vivir en el miedo a la escasez, la pérdida y la destitución. Puede que incluso lleguemos a volvernos ateos al pensar que no hay fuera de nosotros espirítu que nos ayude, y que en la vida no hay nada fiable aparte de la confianza en uno mismo. Algunos de nosotros cosechamos grandes éxitos por ese camino, pero las más de las veces llegamos a un punto donde nuestra satisfacción interna no está a la altura de nuestros éxitos externos. Y algunos descubren esa riqueza interna sin necesidad de la parafernalia externa.

Pero si seguimos adelante, como han hecho tantos individuos y grupos, nos expandimos en una sensación de riqueza más profunda y más amplia. Llegamos a ver que la fuente espiritual se encuentra tanto adentro como afuera de nosotros, que es el tejido conectivo en el cual existe toda vida, y que el mayor desafío de la vida en este momento consiste en reconocer y aprovechar ese campo de vida universal y abundante para nuestra mejora individual, el bienestar de toda la humanidad y la salud de nuestro planeta vivo.

Los días de conquista y división, explotación y saqueo están desapareciendo rápidamente, por descansar en premisas obviamente falsas que conducen inevitablemente a una disminución del rendimiento. El espirítu de la verdadera riqueza nos llama a todos. No bastará nada inferior a ella. Todos queremos despertar a un mundo de abundancia, y ese mundo es verdaderamente nuestro, está esperando que lo tomemos. Y lo demos.”

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