POR QUÉ “LOS NIÑOS DE HOY”
Por Nancy Erica Ortiz
Imagen Adolie Day
Cuando hablo de “Los Niños de de Hoy”, hago referencia a los Nuevos Niños; aquellos niños sensibles, inquietos, despiertos, cuestionadores, a veces tímidos o retraídos y otras agresivos o ansiosos cuando no saben manejar lo que perciben de afuera.
Son los Niños de Hoy, los que a menudo llaman “Índigo o Cristal”. Desde mi enfoque he decidido no llamarlos de esta forma ya que siento que es tiempo de elevarse por sobre todos los conceptos y catalogaciones, y mirar que todos los niños que hoy viven en la tierra tienen una Luz especial. Por eso todos necesitan una mirada diferente de los adultos.Los niños de hoy no pueden ser vistos bajo ninguna estructura fija.
Cada niño trae consigo dones para expandir y “debilidades” que trabajar.
Los dones son los que deben estimularse porque no sólo los trae para él mismo, sino también para el mundo. Y estos dones son traídos por cada niño más allá de las definiciones que haya. Estos dones son los que los hacen “especiales” y únicos en la tierra.
Se trata de esa Espiritualidad innata que traen, quién sabe de donde y hace cuánto tiempo. Pero la pregunta que sigue es: Si todos los niños tienen dones y una Espiritualidad innata ¿Qué es lo que hace que un niño sea diferente a otro? ¿Por qué hay niños que aparentan tener más despiertas estas cualidades?
Aquí hay dos puntos importantes:
Uno es lo que el niño recibe como estímulo y cuidado del entorno más cercano, ya sea de los padres, la familia, la escuela y el entorno social en general. Es decir, todos niños vienen con potenciales inmensos y diferentes según lo que cada uno debe aportar al mundo desde su lugar, pero muchas veces los padres o las escuelas sin saberlo aplacan y desvían dichos dones. Así, la mayoría de las veces, los niños pierden su luz individual.
Hoy está sucediendo que muchos adultos comienzan a recordar aquellos potenciales que de niños tuvieron, y que tal vez por inconciencia del entorno, fueron aplacados. Hoy muchos adultos están logrando reconocerlos y reconectarse con ellos teniendo así una vida más sincera y profunda.
Entonces podemos darnos cuenta de que todos los niños tienen un luz individual que merece ser cuidada y estimulada correctamente. Y ¿Cómo se estimula correctamente? Con amor y cuidado. Informándose. Buscando y recibiendo con apertura lo que ellos mismos proponen.
El otro punto importante que responde a la pregunta anterior es que dentro de este potencial que cada niño trae, hay diferencias, y estas diferencias considero que se basan en la evolución de las almas y en el aprendizaje que cada niño debe atravesar como Ser, para continuar su camino de expansión y autoconocimiento. Y esto no es hablar de niños especiales y no especiales, pero como todo, cada uno esta en un lugar y desde su lugar debe aprender algo y crecer con ello, así como también transmitir algo a los que lo rodean.
Para crecer y aprender, para comunicar y enseñar, cada niño necesita un camino diferente. Cada alma sabe lo que necesita y eso es lo que en definitiva guía al niño en sus vivencias. Nosotros los adultos, debemos acompañarlos, contenerlos y cuidarlos para que logren liberar su mundo.
Y con respecto a las debilidades del niño, el adulto debe aprender a reconocerlas también, para que mediante el trato cotidiano y actividades complementarias, el niño logre reforzarlas y convertirlas en un desafío en vez de una carga.
El reto del adulto es desarrollar la percepción y la empatía, que harán que sienta la esencia del niño y lo que él necesita.
Por eso aquí te ofrezco el espacio para crecer como padre, profesional, docente y Ser que sabe y siente que esto es verdadero. Reconoce la maestría y necesidad del Niño, y por ello tiene una necesidad imperiosa de crecer y dar lo mejor de si.
¡Bienvenidos!
Ahora más allá de estas necesarias aclaraciones, hablemos de los Niños de Hoy.
Los Niños de Hoy, Niños Índigo y Cristal, ¿Quienes son?
Llegan a la tierra, traen mensajes de conciencia y expansión.
Traen consigo una gran madurez espiritual. Saben a donde van, y hasta algunos tienen destellos del lugar de donde provienen.
Traen enseñanzas, proponen cambios. Tienen una gran misión: recordarnos quienes somos; vienen a despertarnos de los sueños materiales en los cuales nos hemos dormido.
Su impulso espiritual los empuja a hacer, a decir y a actuar.
Son los Niños de Hoy, los Nuevos Niños. Grandes seres espirituales jugando a ser niños.
El amor los impulsa, buscan cambiar la tierra, cambiar al hombre, transformar la realidad.
Quien quiera reconocer a estos niños, simplemente mírelos a los ojos, su transparencia y pureza desnuda el alma de quien los mira. Miran fijo, de forma sabia y madura.
Cuando se está frente a un nuevo niño, la emoción desborda el corazón, dentro se despierta un sensación de reverencia y respeto por él.
Igualmente no siempre sucede esto, muchos adultos están tan inmersos en sus mundos de problemas y preocupaciones, que estos niños pasan desapercibidos. Pero aun así ellos actúan, actúan aun más con esas personas. Si sus miradas no encuentran eco, entonces golpearán sus puertas, y si nadie corre a abrirles, permanecerán presentes hasta que alguien los invite a pasar.
Pero la espera a veces se hace larga, se hace eterna, y comienzan a olvidar lo que han venido a decir.
La alegría y amor de estos niños puede llegar a cambiar el mundo, pero sus auras se están tiñendo y contaminando, necesitan de nosotros… Ahora es tiempo de abrir los ojos.
Vea al niño que está a su lado, y pregúntese qué vendrá a decirle.
Autora: Nancy Erica Ortiz
Creadora del curso “Los Niños de Hoy”
www.caminosalser.com/nancyortiz
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