Autres Dimensions. 6 de Noviembre 2010
Hildegard Von Bingen
A través Jean Luc Ayoun
Soy Hildegarde de Bingen. Amados Hermanos y Hermanas, con gran placer vengo entre vosotros. Yo explicaré esta tarde, en vuestro espacio, un cierto número de leyes generales que han permitido plasmar el trabajo que yo realicé durante mi vida, y veo que ciertas obras son utilizadas hoy. Evidentemente, no voy a volver sobre lo que fue escrito, en este momento, sino en dar más fundamento y las reglas que han permitido elaborar todo ese corpus de conocimientos que tratan sobre la evolución del cuerpo. Os he contado, hace poco tiempo, la experiencia que me condujo a vivir cosas que calificaría de inusitadas en mi época (ndr: su intervención del 25 octubre 2010). Voy a intentar explicaros con palabras, lo que me condujo en un momento dado, a examinar y aplicar lo que veía y percibía en las Dimensiones que vosotros llamáis hoy, Unificadas, concernientes a la influencia de los Cuatro Vivientes, los Hayoth Ha Kodesh o los Serafines o los Seres de Fuego. Porque es en efecto, a través de ese contacto particular cómo yo pude dejarme impregnar y extraer una cierta forma de conocimiento aplicable a la Vida, a toda forma de Vida.
Hay un principio, existente en las Dimensiones Unificadas, muy particular. Este principio ha sido llamado el principio de similinum. En efecto, desde lo planos más etéreos, o los plano más próximos a la Vibración original, hasta los planos más alejados y más densos, existe una continuidad y una simultaneidad Vibratoria o de Consciencia, haciendo que, en el elemento más alejado, se encuentre la señal o la marca del elemento más próximo a la Fuente. Así, existe en los diferentes reinos presentes en el mundo en que he vivido o vosotros vivís, similitudes y resonancias particulares, que permiten remontar a uno de los Cuatro Vivientes, en una proporción relativa particular de cada uno de los distintos constituyentes de los Cuatro Vivientes. El principio de similinum sobre el que yo me basé, en los estratos que yo calificaría de intermedios, permitiendo llegar hasta reinos presentes en la Tierra, ha estado sobre todo asociado con la forma, el color. Evidentemente, no es cuestión de pasar revista lo que he vivido Interiormente por el conocimiento directo y transcrito a continuación mediante palabras y en consecuencia por la mente. No es cuestión de daros esta ley de similinum para cada objeto o cada elemento que existe en uno de los reinos en correspondencia con el cuerpo humano. Esto sería muy fastidioso e indigesto. En efecto, este conocimiento está inscrito en el Corazón, porque vosotros estáis constituidos, y nosotros estamos constituidos, donde quiera que estemos, de una proporción relativa, diferente, de cada uno de los cuatro elementos. Todo está organizado, estructurado dimensionalmente, temporalmente, espacialmente, por este principio.
Así, los elementos (el agua, el fuego, el aire, la tierra y el éter) están constituidos por una Vibración particular. Esta Vibración, según su mezcla y según la Dimensión donde va a manifestarse, va a tomar literalmente, una forma un color y un cierto número de características de las que os ha hablado largamente el Arcángel Anael. Hay una resonancia de acciones que existen en cualquier producto de la naturaleza que le permite remontar a su Esencia. Algunos seres han captado esta Esencia con medios que, todavía hoy son perfectamente conocidos por aquellos que lo han llamado los Cuatro Vivientes que consiste en captar la quintaesencia Vibratoria de una forma precisa. Más allá de esto, en el ser humano existe una resonancia particular. Esta resonancia particular puede ser puesta en funcionamiento por ejemplo, como el venerado Sri Aurobindo cuando se dirije a vosotros, permitiéndoos realizar posturas que ponen en juego cierto número de resonancias y de Vibraciones. Más allá de esto, el alma, prisionera de esta matriz está también constituida en partes relativas de estos cuatro elementos. La asociación varía hasta el infinito, ya que ella va a dar tantas almas como Espíritus, tantas almas como cuerpos. El objetivo del conocimiento del Corazón, es hacer resonar una forma, en su conocimiento, en todas las Dimensiones. A través de esta resonancia de forma (que es de hecho, lo que yo podría llamar encaje o acumulación de formas dentro de otras formas) es como se realiza el principio de similinum o de similitud.
Así, la Vibración de un alma expresada por un nombre, en vuestro mundo (que ha sido el mío) es portadora de una signatura, de un sello, si lo preferís, específico. De igual forma que Paracelso había identificado las signaturas para los planetas, la signaturas para los Arcángeles, y las ondas de forma que perteneces e la 2ª Dimensión, permitiendo poner en resonancia la forma de vida inscrita en una Dimensión superior, como en esta Dimensión. Así, es posible igualmente, más allá de la 2ª Dimensión encontrar una resonancia, una signatura vibratoria relacionada con una forma ante todo, en resonancia con un alma. Existen anomalías en el alma humana como en la personalidad o del cuerpo. Estas anomalías están inscritas en la ley de acción /reacción de la falsificación. Estas anomalías se manifiestan de diferentes formas y son llamadas por los humanos, enfermedades. Estas enfermedades están ligadas a la anomalía de un encaje que interrumpe la ley del encaje o de resonancia existente a partir del plano más elevado hasta el plano más denso. Existe para cada anomalía constatada, una resonancia particular de encaje que lo repara para que no se encaje más. Hay una restauración mediante la Vibración más allá de la química, más allá de lo que se absorbe, pero directamente ligada a una resonancia de formas que permite literalmente curar una interrupción o un desequilibrio o un defecto de encaje. De esta manera, esquematizando al extremo mediante las palabras, es como he llegado en mis experiencias de contacto con los cuatro Elementos (o Ruedas en las Ruedas, como han descrito ciertos profetas) a poder, para cada caso preciso, tener una respuesta Vibratoria, igual que en los Hayot Ha Kodesh hay una resonancia precisa de ciertas Vibraciones con anomalías que pueden ser señaladas de manera muy amplia.
Igualmente, podemos referirnos directamente al principio que existe en un vegetal, por ejemplo, o una especia. Esto es aplicable también a las esencias llamadas perfumes, permitiendo compensar una anomalía existente, sobre un estado Vibratorio de encaje. Sería extremadamente complejo (y esto se podría hacer) desvelar todas las resonancias existentes entre un vegetal y un sobre-encaje o desencaje existente en el alma humana o la personalidad humana. Evidentemente, cada ser es diferente porque aporta en sí mismo una signatura diferente, incluso en el mismo encaje o desencaje. En un momento dado, puede existir para un ser humano concreto una forma existente en la naturaleza, que permite paliar directamente (sin oponerse) una anomalía de encaje, sin tener en cuenta las leyes de la dualidad, únicamente mediante la ley de acción de Gracia y de resonancia más íntima de la persona.
No tenemos más preguntas, os damos las gracias.
Bien queridos Hermanos y queridas Hermanas, es un placer para mí encontrarme en la Vibración humana. Os deseo a todos, lo mejor y lo más bello. Os digo probablemente hasta el próximo día. Adiós.
Original en francés
http://www.autresdimensions.com/
Canalizado: Jean Luc Ayoun
Transcripción: Véronique Loriot
Traducción: Susana Milan
En Español: http://mensajes-del-espiritu.blogspot.com/
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