Herencia divina
Según el diccionario Larousse, la palabra prosperidad es “bienestar material o mejora de la situación económica; curso favorable de las cosas; buena suerte o éxito en lo que se emprende”. La prosperidad no significa lo mismo para todos nosotros. Prosperidad no se basa en la posesión de cosas, sino en el reconocimiento de la provisión y el conocimiento del acceso libre y abierto a un almacén inagotable de bendiciones.
En la gran mente de Dios, no hay pensamientos de escasez y tal pensamiento no tiene derecho a estar en tu mente. Tu derecho de nacimiento es ser próspero, sin importar quién eres o dónde estás. Desarrolla una conciencia de prosperidad. Cultiva el hábito de pensar que la abundancia está presente en todas partes.
“De Jehová es la tierra y su plenitud, el mundo y los que en él habitan” (Salmo 24:1). Y las creaciones de Dios son herederas de todas las cosas buenas.
Recuerda tu identidad. Recuerda que eres un hijo de Dios y que tu herencia proviene de Dios.
Como creación de Dios, tienes acceso a todo lo que necesites. Si tienes una propiedad que quieras alquilar o vender, si necesitas un lugar para vivir, si necesitas empleados o si necesitas dinero, —cualquiera que pueda ser tu necesidad— tienes acceso a ello, porque todas esas cosas son parte de tu derecho divino de nacimiento.
La riqueza inagotable de Dios es tan parte de ti como lo es la vida y la fortaleza inextinguibles de Dios. Puedes invocar a Dios por provisión y recibirla con tanta seguridad y con tanta libertad como puedes recibir curación, perdón o cualquier otra bendición.
“Buscad, más bien, el reino de Dios, y todas estas cosas os serán añadidas” (Lucas 12:31). Aunque puedas haber creado una conciencia de escasez en ti que parezca como algún tipo de escasez en tu vida, puedes vencerla rápidamente y remediar la condición al buscar el reino de Dios en ti. Descubrirás a Dios, no como algo apartado de ti, sino como un principio viviente y activo de Verdad que es maravillosamente receptivo.
De la misma manera como las palabras de debilidad agotan tu energía, las palabras de escasez destruyen tu conciencia de sustancia divina y te impiden ver tu herencia ilimitada como hijo de Dios. Eres una creación de Dios, heredero de todo lo que Dios tiene. Acepta tu herencia.
Niégate a preocuparte, a dudar y hasta a morar en cualquier tipo de escasez. Cuando oigas referencias de temor o escasez, de dificultad de provisión, recuerda que se te ha prometido “el pan nuestro de cada día”. Tu pan de cada día es abundancia para hacer tu felicidad completa, tu crecimiento espiritual estable y seguro. Tu pan de cada día está en tus pensamientos. Tu satisfacción está en los mismos pensamientos poderosos. Así que piensa satisfacción, cree en ella y ten fe en Dios. Ten fe en que la provisión de cada día viene a ti de manera perfecta para satisfacer la necesidad de cada día.
Recuerda que eres una creación de Dios y que tienes acceso a una herencia divina. Tienes acceso a una fe poderosa y a ideas ricas y con estas herramientas, tienes acceso a todo lo que necesitas.
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