miércoles, 14 de noviembre de 2012

Noviembre 2012 :: tiempo de brillar/ Por Paloma

Noviembre 2012 :: tiempo de brillar
Por PalomaDomingo 4 Noviembre 2012


“Que la sombra que me encarceló sea la barca que me conduzca a mi despertar”—Cristóbal Jodorowsky

La astrología del mes de Noviembre sigue mostrándonos el camino de las profundidades del proceso de autorrevelación y de transformación radical que estamos atravesando . Con el movimiento retrógrado de Mercurio, que desde Sagitario regresa hasta Escorpio, nos volvemos a adentrar en las aguas profundas y misteriosas de nuestra alma personal y colectiva . Los dos eclipses que ocurren este mes, uno solar durante la Luna nueva del 13 , y el otro lunar, durante la Luna llena del 28, nos hacen sino aumentar la presión para que descubramos y reconozcamos la información intuitiva que emanan directamente desde el corazón del universo hacia nuestro corazón, para que experimentemos el gozo y la trascendencia de nuestro renacimiento y de nuestra liberación de la mentira, el engaño y la falsedad.

Este mes el camino de transformación nos pide que demos un paso más en las profundas aguas de nuestro mundo interno, y nos muestra los nuevos lugares que hemos de transitar. Estamos en el umbral de profundas emanaciones energéticas que nos invitan a ir de frente y de lleno hacia adentro en el camino de la verdadera
libertad. El tema que está en desarrollo este mes tiene que ver con la idea de que por más trabajo personal, terapéutico y espiritual que hayamos hecho, o creído hacer hasta ahora, estamos adentrándonos en unos territorios que hasta ahora no habían estado accesibles a nuestra conciencia. Esto quiere decir que estamos listos para soltar un aspecto muy arraigado y muy profundo que nos ha impedido experimentarnos de una manera auténtica y real. Este proceso se manifiesta como si entráramos a los subsuelos, a la base más profunda de nuestra alma, para darnos cuenta que en este lugar hay aspectos de nuestra percepción de nosotros mismos que nos han eludido, que han estado ocultos a nuestra conciencia. El llamado este mes es a abrirnos a este proceso de descubrimiento. La invitación es a movernos hacia un espacio-estado personal de apertura en vez de cerrarnos y parar este movimiento.

Es posible que este mes experimentemos estados de contracción y apertura , de liberación y represión en nuestra expresión, que fluctúan y cohabitan en nuestro interior. Lo ideal es que aprendamos a aceptar y relajarnos en los momentos de contracción hasta que el próximo punto de apertura y liberación de manifieste. Lo ideal es que no escapemos de lo que sentimos y que seamos capaces de sostenernos en el proceso. Nos estamos soltando de un concepto de nosotros mismos que hasta ahora ha definido nuestra manera de abordar el mundo y de relacionarnos con la vida. Nos estamos liberando de tener que ser esa idea que tenemos de nosotros mismos. Esta falsa idea está profundamente arraigada, por lo tanto es la profundidad de nuestro interior la que nos ofrece la posibilidad de desprendernos de esta falsa imagen que hemos adoptado como propia. Si nos quedamos en la superficie, si no nos mojamos, si no nos adentramos y no nos comprometemos con este proceso, nos perdemos la oportunidad de sentir y actuar desde lo que nuestro corazón reconoce como verdadero, cierto y propio.

La clave durante este mes está en ser capaces de quedarnos en el momento, de abrazar el instante presente en el que experimentamos la vida, lo que nos acontece. Esto implica vivir la experiencia plena y auténticamente en vez de escapar de ella tratando de comprenderla, racionalizarla o darle explicaciones místicas o esotéricas. Una de las trampas este mes es la de caer en el escapismo esotérico y espiritual en vez de vivir la auténtica realidad del momento presente. Cuando dejamos de estar presentes en el aquí y ahora bloqueamos nuestro proceso de entrega y de liberación, ya sea porque es demasiado intenso o demasiado desconocido para nuestra necesidad de seguridad personal, ya sea porque tenemos miedo a sentir la verdad, ya sea porque la vulnerabilidad de ser auténticos nos abruma. Durante años, por no decir vidas, hemos aprendido a responder y reaccionar emocionalmente ante la intensidad desconocida que amenaza nuestra seguridad primaria, nuestra idea de lo que somos. La astrología actual nos está empujando a crecer más allá de esta trampa del ego que desvirtúa la experiencia hacia le campo emocional, limitándonos a experimentar nuestras reacciones emocionales como liberadoras, solo para constatar que se repiten y que realmente son capas de una misma cárcel que perpetua nuestra incapacidad de sostener la potencia de sentimiento auténtico, el que emana de nuestro verdadero corazón. El ego nos entrampa al robarnos estas oportunidades de sentir desde nuestro corazón y nos bloquea los preciosos momento de verdad para llevarnos al terreno de la reactividad y la catarsis confundiendo así en nuestro interior la diferencia entre emoción y sentimiento.

Las emociones son las distracciones del ego para alejarnos del momento presente, y para volver a colocarnos en un tiempo pasado congelado dentro nuestro, un tiempo que responde a una idea de nosotros mismos que no nos deja abrirnos a la verdadera expresión de nuestro ser. El llamado a la transformación profunda de estos meses requiere de nuevas estrategias, nuevas estructuras, que nos ayuden a transitar de la emoción al sentimiento, del pasado al presente. Solo podemos sentir plenamente en el presente, y sin embargo, lo que suele ocurrir es que en vez de permitirnos sentir y reconocer lo que de verdad acontece dentro nuestro, una reacción emocional está siendo detonada por nuestra memoria de escenas similares, archivadas en nuestro inconciente. Por otro lado, muchos podemos atestiguar cómo al habitar el presente sin miedo a sentir estamos experimentando el asombro , el gozo y la alegría de descubrir el camino del amor en acción que es la expresión de nuestra verdad, de nuestro corazón. Este es un tiempo para estar atentos a nuestras respuestas, a nuestras reacciones y a lo que sentimos de verdad.

Este proceso no implica un juicio de hacer las cosas bien o mal, sino que nos pide darnos cuenta de lo que hacemos, y lo que dejamos de hacer, cuando estamos capturados en emociones reactivas, en vez de darle la bienvenida y abrazar lo que estamos experimentando en el presente, nos guste o no. Es solamente desde el presente que podemos elegir. De hecho, es desde este lugar que nos empezamos a dar cuenta que tenemos muchas más opciones que la que nuestra reacción emocional nos ofrece, ya que ésta solo nos coloca en la repetición de un drama familiar. Es precisamente aquello que no nos gusta lo que nos ofrece la oportunidad de colocarnos en un nuevo lugar y de elegir de una manera diferente. Se trata de poder elegir desde la experiencia de nuestro corazón en vez de hacerlo desde el comportamiento que hemos aprendido. Se trata de estar presentes y atentos ya que lo que hemos aprendido hasta ahora es una distracción que nos aleja de nuestra esencia. Esta distracción es simplemente una falsa idea de lo que somos que hemos adoptado como propia.

Nuestras reacciones emocionales son poderosas experiencias energéticas muy fáciles de detonar si no estamos atentos. Muchas veces nos damos cuenta que hemos reaccionado de manera des-proporcional después, y no en momento en que fue detonada nuestra respuesta. En el momento estamos convencidos de que estamos expresándonos, y sin embargo, solo estamos actuando una energía que nos está anclada en el presente ni en nuestro corazón. Este es el desafío de estos meses, y en particular de este mes de Noviembre: ser capaces de elegir si queremos, o no, actuar estas energías; reconocer si tenemos el libre albedrío y la soberanía de nuestro corazón para elegir otra respuesta; o sucumbir a ellas y perder la energía vital de transformación que nos ofrecen.

Los temas de este mes tienen que ver con no abandonar el proceso de apertura y liberación que hemos iniciado a mediados en Octubre. Este es un tiempo para recapitular sobre los que hemos creado, o hemos dejado de crear, sobre lo que estamos transformando, uniendo, completando en este periodo tan fértil e intenso. ¿qué forma toma nuestro proceso de auto aceptación , de reconocimiento y valoración personal? ¿qué compromisos, acciones, decisiones implica? ¿qué desafíos enfrentamos a la hora de expresarnos auténticamente? ¿en qué área de nuestra vida se nos pide apertura, transparencia, que brillemos y nos mostremos? Durante el mes de Noviembre es un tiempo para estar atentos a no caer en la trampa de escapar o distraernos de nuestros propósitos vitales, de escondernos o retraernos. Por el contrario, este es un tiempo en que podemos sostenernos en el momento presente de la experiencia el tiempo suficiente para no abandonar lo iniciado, y así experimentar la verdadera posibilidad latente en lo que, a primera instancia, puede parecer una pérdida, una decepción, una limitación.

Si nos quedamos el tiempo suficiente en la experiencia tal como es, y no como quisiéramos que fuera, es probable que lo que descubramos es que lo que nos limita, nos reprime o nos censura es nuestro miedo a nuestro propio brillo, nuestro propio resplandor. Estamos aprendiendo a perderle el miedo a nuestra luz , a nuestra capacidad de amarnos , a aceptarnos y recibirnos a nosotros mismos con los brazos abiertos de par en par, tal como somos, no como creemos ser. Este es un tiempo para comprometernos a sostenernos comprometidos en este lugar de tránsito en el que vemos como confluyen los aspectos de nuestro pasado, arraigados en una falsa imagen de nosotros mismos , con el presente que se abre con la fuerza de nuestro corazón y nos alumbra un nuevo camino . Este es un momento para posponer nuestro impulso de comenzar algo nuevo o diferente, y de aceptar la bendición de haber atraído lo que estamos experimentado aquí y ahora, con la confianza de que lo que hemos iniciado está nutrido por nuestra sinceridad y nuestro amor.

Mercurio retrógrado nos invita este mes a examinar las maneras en que hemos sido deshonestos con nosotros mismos en el pasado, ya sea reprimiendo la expresión de una parte de nuestro ser , minimizando nuestra luz porque sentimos que pueda asustar o amenazar a alguien, o ya sea porque sentimos que el mundo no está listo para recibirnos y acogernos , o por miedo a hacernos daño porque nos estamos mostrando y entregando en nuestra totalidad. Nuestra falta de honestidad se nos presenta como una conspiradora del miedo, que nos quita el poder de decirnos estas verdades, de reconocerlas y aceptarlas. La astrología actual a lo único que nos invita es a que seamos capaces de decirnos la verdad a nosotros mismos, solo a nosotros. De abrazar el momento presente en el que reconocemos nuestro miedo a brillar y a mostrar nuestra luz. Se trata de ser capaces de reconocer dónde estamos, aquí y ahora, y de honrar y quedarnos con lo que estamos sintiendo sin tratar de escapar, de disfrazarlo, o de reprimirlo.

Durante este mes Venus está en Libra y hará su entrada en Escorpio el mismo día en que el Sol hará su entrada en Sagitario. Uno de los eventos importantes de este mes tiene que ver con la segunda conjunción de Venus con la Luna desde que está en su fase ascendente como estrella de la mañana. Cuando Venus amanece de día implica que estamos en un periodo de descubrimientos y despertares relativos a nuestros sentimientos más íntimos, a la vez que estamos en una fase liberadora de lo que nos impide abrazar nuestras aspiraciones y deseos más profundos. Esta es una fase de aprendizaje en el ciclo de Venus en la cual la Diosa nos invita a soltar lo que nos impide abrazar la dimensión de nuestro ser que no puede perderse o morir nunca, la arte de nuestro ser que es amor. Este es un tiempo de aprender a ver cómo le damos importancia a lo erróneo, a lo que no tiene importancia, a lo que no sustenta la expresión de nuestro amor imperecedero.

A nivel colectivo estamos trabajando con la energía de Libra en nosotros : la conjunción de la Luna y de Venus en Libra, el 11 de Noviembre, nos pide que abandonemos nuestra necesidad de ser amados, aprobados, aceptados por otra persona, sea ésta nuestra pareja, nuestro jefe, nuestra amiga, nuestro maestro espiritual, nuestra madre , nuestro padre, Dios, la Madre Tierra… etc. Ahí dónde proyectamos nuestro amor y nuestra necesidad de pertenencia fuera de nosotros mismos, ahí está precisamente la puerta de la liberación invitándonos a encontrarnos con nosotros mismos. Todo aquello que nos distraiga de una conexión profunda y verdadera con nosotros mismos es una forma de escapismo, un camino erróneo. Estos vínculos afectivos tienen lazos, invisibles a nuestros ojos, que nos mantienen conectados y atrapados a una imagen de nosotros mismos que en el fondo rechazamos, y a la cual nos sentimos apegados. Toda la energía que se mueve desde Escorpio está vinculada a su opuesto, Tauro, vinculado a Venus , y signo en el cual ocurrió la última Luna nueva. Esto nos sindica que si estamos apegados a la idea de que la aceptación y el reconocimiento han de venir de fuera para satisfacer nuestra necesidad de amor , no nos estamos ni reconociendo ni amando a nosotros mismos, lo que implica que tampoco estamos en capacidad de reconocer y recibir el amor (y la abundancia) que se nos ofrece. Este es un tiempo para reconocer qué relaciones son deshonestas y cuáles son reales. Este es un tiempo para ver cómo cuando buscamos el amor fuera, en nuestros intercambios, dejamos de ser honestos con nosotros mismos privándonos de recibir el amor disponible.

Este es también un tiempo para soltar el apego a lo que creemos necesitar, y en el proceso descubrir que tal vez no tenemos una idea clara de lo que queremos, ya que nuestros deseos se han construido hasta ahora a partir de un concepto falso de nosotros mismos. Esto implica que estamos descubriendo que no nos conocemos tan profundamente como creíamos hacerlo hasta hace poco. Una vez que sinceramente somos capaces de permitirnos sentir esta experiencia, lo más probable es que nos encontremos con la auténtica revelación de estos tiempos : nuestra capacidad de disfrutar el no saber realmente quienes somos. No saber quienes realmente somos nos libera : es la verdadera libertad. Para esto es fundamental que habitemos nuestro cuerpo y que registremos en nuestro cuerpo lo que sentimos, en vez de escapar del cuerpo en proyecciones astrales, fantasías, racionalizaciones, trances. Nuestro cuerpo nos ofrece auténticas respuestas celulares : hechos reales que nos dan la pista de cuáles son nuestros apegos y necesidades más profundos. Nuestras necesidades (la Luna) limitan nuestra capacidad de bendecirnos a nosotros mismos en el reconocimiento de nuestro brillo, que es nuestra capacidad de amarnos a nosotros mismos (Venus).

Para poder honrar este amor hacia nosotros mismos es vital que seamos capaces de reconocer los desafíos y trampas del amor artificial que se expresa cuando nos escapamos de nosotros mismos y de nuestro corazón , y entregamos nuestra energía hacia fuera. Escapamos cuando nos buscamos en dios, en la naturaleza, en la fiesta, en las drogas, en la soledad, en la espiritualidad, en la meditación, en el consumo, poco importa, ya que estas formas, estos espacios, son inútiles si no los habitamos desde la potencia de nuestro corazón. No hablamos de nuestro corazón romántico, ni de nuestro corazón emocional, sino del gran corazón que nos da la capacidad de ser, de amar, de compartir y de recibir auténticamente. De lo que se trata es de no escapar del momento presente cuando éste nos demuestra cómo no estamos pudiendo experimentar la realidad desde nuestro corazón. Sólo se trata de reconocerlo, ser sinceros con nosotros mismos , no recurrir a nuestras reacciones escapistas habituales, a nuestras respuestas emocionales condicionadas y sostenernos presentes. No se trata ni de subir, ni de bajar, solo de quedarnos presentes en nuestra experiencia humana, y de no perdernos la maravillosa oportunidad de encontrarnos con nosotros mismos. La pregunta es ¿somos capaces de recibirnos a nosotros mismos más allá de nuestros condicionamientos inconcientes colectivos, más allá de nuestro juicio? ¿somos capaces de reconocernos como la casa y el templo en el que somos dios, somos la naturaleza, somos el agua, el aire, le fuego y la tierra, el amor, el brillo y el resplandor? ¿somos capaces de honrarnos, o aún necesitamos avatares externos, gurús, espejos de nuestra divinidad?¿somos capaces de recibirnos a nosotros mismos en la casa sagrada que somos? ¿somos capaces de vernos y ver nuestra existencia a través de los ojos de nuestro corazón?

Esto implica tomar responsabilidad por nuestra parte en la creación de la realidad, haciéndonos parte de la solución y no del problema. Si tomamos lo que nos pasa de manera personal significa que estamos volcados hacia fuera. Este proceso de reconocimiento personal requiere un compromiso de recapitular y encontrar los tiempos y espacios en el pasado en que hemos perdido nuestro momento de presente auténtico, en los que hemos escapado, nos hemos distraído de nosotros mismos, y aprender.

La comunicación con nosotros mismos es clave para poder comunicarnos con los demás. Este es un momento de seriedad a la hora de hablar y expresarnos ya que estamos realmente en el filo de una verdad urgente que pide ser expresada desde lo más profundo de nuestro ser. Su intención es la de clarificar viejos conceptos de nosotros mismos a la vez que nos invita a abrazar con fluidez la expresión de quienes nos rodean. Los aspectos de este mes nos empujan a estar atentos a la información intuitiva que emanan desde el centro de nuestro corazón y que nos permite ver con más claridad dentro de las profundas cavernas de nuestras verdaderas motivaciones y la de los demás. Sinceridad y poder van de la mano.

Por Paloma
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