Apuntes de Cardiosintergia (1/2)
Dr. Oscar Villavicencio Vargas
... alguna vez recibí en mi consulta a un agricultor de quien pude advertir un proceso inflamatorio bastante marcado y delimitado, desde ambos codos a la punta de los dedos, el dolor intenso a pesar de los esteroides y antiinflamatorios adicionales, después de sus 3 visitas a un centro hospitalario, le hizo buscar ayuda complementaria. Sus exámenes de laboratorio confirmaban un proceso autoinmune, sin estar claro de que tipo..Mi experiencia como médico naturista me hizo recordar algunos planteamientos terapéuticos que iban desde la orientación trofoterápica, pasando por la fitoterapia, geoterapia y hasta alguna técnica hidroterapeútica para ayudar a calmar el dolor y poder ayudarle a revertir su cuadro.
Mi experiencia como médico de la conciencia me obligaba a buscar dentro de las causas de este proceso no solo la punta del iceberg sino lo que se escondía debajo del océano, haciéndonos recordar que lo subjetivo de la enfermedad suele ser tanto o más importante que lo objetivo.
La impresión, la relación y el contacto con el paciente me permitió descubrir en las preguntas que le hice que no se veía ni se hablaba con su padre hace 5 años derivado de una vieja disputa, llegando a plantearle que la enfermedad que estaba padeciendo era una auto agresión, que así como se manifiesta en lo objetivo ó bioquímico ó físico se refleja como en un espejo en lo subjetivo, en lo holográfico, en lo sutil y que tenia que terminar ya con esa vieja rivalidad con su padre, habiendo llegado el momento de perdonar. Era tan evidente la sorpresa que se reflejaba a través de los ojos agrandados del paciente, porque él se preguntaba que tenía que ver un dolor tan intenso en sus brazos edematosos y enrojecidos con el perdón a su padre que le estaba sugiriendo que haga, además de los consejos terapéuticos naturistas.
Pasaron 7 días cuando volví a ver a este paciente sin presentar ningún rastro del proceso inflamatorio intenso, me comento que cuando vino a consulta la primera vez no entendía lo que yo quería decirle y que se durmió esa noche pensando en lo que habíamos conversado. Al día siguiente muy temprano, tocaron la puerta de su casa, al abrir se vio cara a cara con su padre, en ese momento no atino a decir nada, solo los recuerdos de lo que conversamos durante la consulta acapararon su conciencia y no atino a mas que abrazar a su padre y pedirle perdón, llorando como un niño, siendo esto reciproco. Desde ese momento su proceso inflamatorio comenzó a disminuir rápidamente hasta ceder totalmente que no dio tiempo a que realice el tratamiento naturista y quería preguntarme si lo tenía que hacer a pesar que ya se encontraba bien.
Hay muchas preguntas que salen de esta experiencia, como poder acercarnos a lo subjetivo de toda enfermedad, que hilos de la conciencia se movieron o se conectaron para que el padre del paciente visite a su hijo después de 5 años al día siguiente de la consulta donde se hablo de la necesidad de la reconciliación. ¿Es la conciencia el hilo conductor de ese campo R del cual hablan los físicos cuánticos?, es el corazón como lo señala la tradición y lo reafirma las investigaciones más avanzadas en el área el lugar donde mora el alma y se asienta la conciencia.
El corazón desde el punto de vista mecánico late unas cien mil veces al día y cuarenta millones de veces al año. Durante la vida promedio de cualquier mortal es capaz de producir casi tres billones de latidos cardiacos e impulsando más de 7 litros de sangre por minuto a través de todo el cuerpo, además de transportar 370 litros de sangre por hora a través de un sistema vascular que si se extendiera alcanzaría dos y medio veces la superficie de la tierra.
El corazón desde el punto de vista energético es un director de orquesta sensible a las notas musicales de nuestras emociones. Recién en medicina empezamos a aprender que la paz es terapéutica que el amor es sanador, que la irritabilidad como la impaciencia y el miedo son algunos de los venenos mortales que ingerimos en nuestra dieta diaria, peor que el azúcar blanca, los enlatados y las grasas saturadas. Por psiconeuroinmunoendocrinología se conoce que las emociones negativas producen radicales libres, es decir bombarderos que están afectando y rompiendo las membranas de las células, que estas mismas emociones negativas pueden producir alergias o también una parálisis del sistema inmune y que por el contrario las emociones positivas, una simple sonrisa o una simple caricia pueden cambiar el pronostico de cualquier enfermedad.
Durante las primeras semanas de vida fetal, un conjunto de células cardiacas empiezan en forma espontánea a latir armónicamente. Parece ser que la energía del corazón materno contenida en ondas sonoras primarias guardan la información que permite el inicio de la música que marcara el paso de nuestra vida. Esta música generada por nuestro corazón mantiene una frecuencia de 70 y 80 tonos por minuto. Las investigaciones muestran que el sonido del latido cardiaco emitido en una guardería infantil reduce en un 55% el llanto de los recién nacidos y que se mejora significativamente el dolor en niños quemados cuando se les hace escuchar una grabación del corazón de sus madres.
La Cardioenergética que se nutre de la psiconeuroinmunología, la neurocardiología y la física cuántica sostiene que es el corazón y no el cerebro el intermediario sutil y profundo de nuestros pensamientos, sentimientos, temores y sueños más básicos por ello el corazón se convierte en nuestro cerebro mayor o nuestro cerebro afectivo.
La Neurocardiología que es la ciencia que estudia al corazón como un órgano neurológico, endocrino e inmunológico, ha encontrado algunos hallazgos interesantes, como que los neurotransmisores que se encuentran en el cerebro han sido identificados también en el corazón, estableciéndose una relación neuroquímica y electromagnética directa entre el corazón y el cerebro mas allá de las simples conexiones neurológicas que se sabe existen entre ambas. El corazón ejerce a través de las hormonas, los neurotransmisores y el campo R (campo energético relacional) tanto control o hasta más sobre el cerebro, como este ejerce sobre el corazón..
- "Gracias Carlos por compartir conmigo eso". Sandrine -
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